La nueva ley educativa LOMLOE ha introducido cambios importantes en el currículo, entre ellos el concepto de saberes básicos. Esta expresión reemplaza a la idea tradicional de “contenidos” en la programación curricular, alineando la enseñanza con un enfoque por competencias. A continuación, respondemos a las preguntas clave sobre qué son los saberes básicos en la LOMLOE, cómo se estructuran en Educación Infantil y Primaria, su importancia en el aprendizaje, y cómo integrarlos eficazmente en tu programación didáctica.
¿Qué son los saberes básicos en la lOMLOE?
Los saberes básicos en la LOMLOE son los aprendizajes fundamentales que todo alumno debe adquirir en cada área. La normativa los define como el conjunto de “conocimientos, destrezas y actitudes” que constituyen los contenidos propios de un área o ámbito, cuyo aprendizaje es necesario para lograr las competencias específicas de esa materia.
En otras palabras, incluyen los conceptos esenciales, habilidades prácticas y actitudes o valores que sirven de base para desarrollar las competencias clave y específicas del currículo. La LOMLOE organiza el currículo de cada asignatura en competencias específicas, criterios de evaluación y saberes básicos, siendo estos últimos lo que antes conocíamos como contenidos fundamentales.
¿Cómo se estructuran los saberes básicos en la educación infantil?
En Educación Infantil, la LOMLOE también establece saberes básicos adaptados a las características de esta etapa inicial. El currículo oficial de infantil, definido por el Real Decreto 95/2022, distingue dos ciclos (0-3 años y 3-6 años) y presenta los saberes básicos de forma distinta en cada uno. Para el primer ciclo (educación de 0 a 3 años) se ofrecen de manera orientativa, como guía de desarrollo, mientras que en el segundo ciclo (3 a 6 años) esos saberes básicos conforman las enseñanzas mínimas obligatorias que todos los niños deben experimentar.
Los saberes básicos en infantil se organizan en grandes bloques temáticos que engloban áreas de desarrollo. Por ejemplo, en el área de desarrollo personal, los saberes básicos se presentan en cuatro bloques. Los dos primeros enfocados en la construcción de la identidad personal (dimensiones física y afectiva), el tercero en el autocuidado y cuidado del entorno, y el cuarto en la interacción con el entorno cívico y social.
Esta estructuración en bloques amplios asegura una visión holística del aprendizaje infantil, atendiendo tanto al conocimiento de sí mismo y la gestión de emociones, como a las primeras relaciones con los demás y con el medio que les rodea, todo ello de forma acorde al proceso madurativo de los niños.
¿Cómo se aplican los saberes básicos en la educación primaria?
En Educación Primaria, los saberes básicos de la LOMLOE se concretan en cada área de conocimiento y para cada ciclo de la etapa, que son 3. El currículo LOMLOE de Primaria (Real Decreto 157/2022) detalla para cada asignatura cuáles son esos contenidos esenciales que el alumnado debe aprender en cada ciclo. Estos siempre ligados a las competencias específicas y a criterios de evaluación correspondientes.
Entonces, esto significa que el docente dispone de una lista clara de saberes básicos por materia y ciclo, que sirven de hoja de ruta para impartir los conocimientos que son imprescindibles. Es más, estos saberes básicos suelen estar estructurados en bloques o ámbitos temáticos dentro de cada asignatura, de manera que engloban los distintos aspectos clave de esa materia.
Por ejemplo, en el área de Conocimiento del Medio Natural, Social y Cultural (que integra contenidos de ciencias naturales y sociales en Primaria), los saberes básicos se organizan en tres bloques principales: “Cultura científica”, “Tecnología y digitalización” y “Sociedades y territorios”.
El primer bloque abarca conocimientos de ciencias (iniciación a la actividad científica, vida en el planeta, materia, energía, etc.); el segundo reúne los saberes relativos a la tecnología y habilidades digitales básicas. En cambio, el tercero engloba contenidos de ciencias sociales, geografía e historia orientados a comprender la sociedad y el territorio.
Esta agrupación por bloques facilita que el alumnado aplique los conocimientos en diferentes contextos reales, tal como exige la LOMLOE.
¿Cuál es la importancia de los saberes básicos en el aprendizaje?
Los saberes básicos tienen una importancia crucial en el modelo educativo de la LOMLOE, porque aseguran que todos los estudiantes adquieran conocimientos indispensables. Esto se debe a que los saberes básicos proporcionan el andamiaje fundamental sobre el que el estudiante construye su aprendizaje. Por tanto, podríamos afirmar que son la base para desarrollar las competencias clave y alcanzar los objetivos educativos de cada etapa.
Además, la LOMLOE enfatiza que lo esencial no es memorizar datos aislados, sino aprender a utilizar esos conocimientos de forma práctica para resolver necesidades reales. Por ello, los saberes básicos están planteados siempre en conexión con las competencias clave. Además, cada saber básico tiene una razón de ser dentro del perfil de salida del alumnado (el conjunto de competencias que debe dominar al terminar la enseñanza básica).
Es decir, lo que se pretende es conseguir un aprendizaje significativo. Es decir, que el alumnado entiende para qué aprende cada contenido y puede aplicar lo aprendido en contextos diversos. También ayuda a evitar la sobrecarga de contenido en el currículo, al centrarse en lo verdaderamente fundamental.
¿Cómo integrar los saberes básicos en la programación didáctica?
Integrar los saberes básicos en la programación didáctica supone alinear la planificación docente con el currículo LOMLOE de manera coherente. En la práctica, al elaborar tus unidades didácticas o programaciones de aula, debes partir de las competencias específicas de cada materia y vincular a ellas los saberes básicos correspondientes.
Un buen punto de partida es desglosar el currículo oficial. Es decir, por cada unidad de programación, identificar qué competencias específicas trabajarás, qué criterios de evaluación las evidenciarán y qué saberes básicos abordarás para lograrlas.
De este modo, te aseguras de cubrir los contenidos fundamentales que marca la ley y, a la vez, enfocas tus enseñanzas hacia la adquisición de competencias. La LOMLOE también invita a diseñar situaciones de aprendizaje integradoras: es decir, actividades o proyectos significativos donde el alumnado deba poner en práctica varios saberes básicos al mismo tiempo para resolver un reto o pregunta.
Por ejemplo, un proyecto sobre el cuidado del medio ambiente en Primaria podría incluir saberes básicos de ciencias (ciclo del agua, seres vivos), de tecnología (uso de herramientas digitales para investigar) y de valores (responsabilidad ecológica), todo articulado en una situación real.
Siguiendo este enfoque, tu programación didáctica dejará de ser una lista de temas aislados y se convertirá en un plan de experiencias de aprendizaje conectadas con la realidad, donde cada saber básico tiene un propósito claro.
Un aspecto clave para integrar los saberes básicos es la transversalidad: aprovechar conexiones entre distintas áreas. Muchos saberes básicos (por ejemplo, la lectoescritura, la educación emocional, la competencia digital) son relevantes en múltiples materias. Entonces, planificar actividades interdisciplinares te permitirá abordar varios saberes a la vez.
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