La competencia en conciencia y expresiones culturales (CCEC) se considera una de las competencias clave más relevantes en el currículo educativo actual. Esta competencia en conciencia no solo favorece la expresión individual, sino que también impulsa un diálogo intercultural, promoviendo una actitud abierta y el reconocimiento de la diversidad.
Mediante esta competencia, el alumnado adquiere la capacidad de apreciar, comprender y expresar diversos aspectos del patrimonio cultural y artístico, estableciendo lazos significativos entre las diferentes manifestaciones culturales y su propia realidad cotidiana.
¿Qué dice la LOMLOE de la Competencia en Conciencia y Expresión Culturales?
Para comprender mejor qué dice la LOMLOE de la Competencia en Conciencia y Expresión Culturales, conviene resaltar la importancia que esta Ley Orgánica atribuye a las competencias clave como pilar fundamental de la formación de los estudiantes. La LOMLOE establece que el desarrollo integral del alumnado no se limita al ámbito académico, sino que abarca dimensiones personal social y cultural. En este sentido, la competencia en conciencia y expresiones culturales (CCEC) figura como un componente esencial que el profesorado debe promover a través de experiencias de aprendizaje variadas y significativas.
La LOMLOE enfatiza, asimismo, la relevancia de entender y valorar el patrimonio cultural y artístico, ofreciendo al alumnado la oportunidad de explorar, transformar y compartir ese bagaje cultural de forma activa y crítica. De esta manera, se fomenta su compromiso con la sociedad y se les anima a participar en actividades culturales, tanto dentro como fuera de la escuela.
Descriptores operativos de la CCEC
Los Descriptores operativos de la CCEC permiten concretar los objetivos que se esperan lograr en esta competencia. Algunos de los aspectos que integran estos descriptores son:
- Reconocer la diversidad cultural y artística del entorno.
- Expresar, mediante diversas técnicas plásticas y otras formas de arte, ideas, emociones y valores.
- Participar de manera activa en la vida cultural y social de la comunidad.
- Reflexionar sobre cómo la cultura y las artes influyen en la identidad colectiva y personal.
Estos descriptores guían la labor docente, pues facilitan la organización de tareas y proyectos que lleven al alumnado a descubrir distintas facetas de la cultura y el arte, ya sea a través de actividades grupales, proyectos interdisciplinarios o visitas a instituciones culturales.
Características de la competencia Conciencia y expresiones culturales
Las Características de la competencia Conciencia y expresiones culturales muestran la manera en que los conocimientos, las destrezas y las actitudes del alumnado se conjugan para interactuar con las manifestaciones culturales. Algunas de esas características son:
- Carácter transversal
Esta competencia no se circunscribe únicamente a áreas como la Educación Artística o la Historia del Arte. Por el contrario, puede relacionarse con asignaturas como Matemáticas, Ciencias o Lengua, en las que la creatividad y la expresión cultural se integran a través de proyectos o dinámicas específicas. - Enfoque reflexivo
Implica la toma de conciencia de la relevancia de la cultura para forjar la identidad personal social y para desarrollar un pensamiento crítico. Analizar las fuentes de inspiración y la simbología presente en las obras artísticas contribuye a una visión más rica de la sociedad. - Dimensión práctica
La aplicación de diversas técnicas plásticas (pintura, dibujo, modelado), el uso de medios digitales o la representación escénica (danza, teatro) constituyen experiencias que impulsan al alumnado a expresar su mundo interior y a relacionarse de forma activa con su entorno cultural.
Ámbitos en que se desarrolla la CCEC
Los Ámbitos en que se desarrolla la CCEC rebasan el espacio meramente escolar. Además de las aulas, existe un abanico de posibilidades donde el alumnado puede vivenciar y reforzar esta competencia. Por ejemplo:
- Participación en talleres o actividades artísticas locales.
- Salidas educativas a museos, galerías de arte y centros culturales.
- Asistencia a conciertos, obras de teatro o proyecciones cinematográficas.
- Organización de exposiciones, muestras o actuaciones dentro del ámbito escolar.
Estas experiencias estimulan la curiosidad y el sentido crítico, a la vez que favorecen el contacto directo con expresiones culturales auténticas. Así, cada estudiante puede explorar su propia creatividad y ampliar su perspectiva cultural, despertando una actitud abierta y receptiva ante la diversidad.
Los 3 saberes de la competencia Conciencia y expresión culturales
Para que el alumnado consolide la competencia en conciencia y expresiones culturales, debe interiorizar los llamados Los 3 saberes de la competencia Conciencia y expresión culturales:
- Saber conocer: Se refiere a la adquisición de conocimientos sobre el patrimonio cultural y artístico, incluidas sus manifestaciones históricas y contemporáneas. Por ejemplo, aprender acerca de corrientes artísticas, de técnicas empleadas por pintores reconocidos o de tradiciones culturales propias de diferentes comunidades.
- Saber hacer: En este apartado, el alumnado desarrolla sus habilidades para expresarse mediante diversas técnicas plásticas, musicales o escénicas. A través del ensayo y la práctica, van descubriendo qué medios artísticos les resultan más atractivos y eficaces para comunicar sus ideas y emociones.
- Saber ser: Este componente promueve la adopción de actitudes de respeto y valoración de la diversidad cultural. Incluye, por ejemplo, la conciencia de que el arte y la cultura son bienes comunes que requieren conservación, y que la participación activa en la vida cultural enriquece tanto al individuo como a su comunidad.
Conexión con otras competencias clave
La competencia en conciencia y expresiones culturales (CCEC) no funciona de manera aislada, sino que se relaciona estrechamente con otras competencias clave. Por ejemplo, el pensamiento crítico que se desarrolla al analizar obras de arte puede vincularse con la competencia lingüística, ya que se requiere argumentar y comunicar las ideas de forma coherente. A su vez, la competencia digital puede sumarse a este proceso cuando el alumnado investiga sobre tendencias culturales o produce contenidos creativos en formato audiovisual.
De la misma forma, la competencia personal social se ve reforzada, pues el alumnado aprende a cooperar con sus compañeros al emprender proyectos artísticos grupales, o al organizar actividades culturales para la comunidad. Este trabajo colaborativo estimula la empatía y el desarrollo de habilidades sociales, fundamentales para la formación integral del alumnado.
Ejemplos prácticos para abordar la CCEC
Para que la competencia CCEC cobre vida en el aula, se pueden desarrollar numerosas propuestas didácticas:
- Proyectos interdisciplinares en los que se combinen la Historia y las Artes Plásticas, analizando movimientos pictóricos relevantes y plasmando esos estilos en trabajos creativos.
- Elaboración de murales colectivos que representen la diversidad cultural de la clase o del contexto local.
- Creación de pequeñas representaciones teatrales donde se incluyan temáticas sociales o históricas significativas.
- Uso de plataformas virtuales para conocer expresiones culturales de distintos países, fomentando la interacción con artistas o expertos culturales.
A través de estas iniciativas, el alumnado conecta los aprendizajes académicos con la realidad que le rodea y fortalece su sentido de pertenencia al entorno cultural.
La importancia de una actitud abierta
Un elemento imprescindible dentro de la competencia en conciencia y expresiones culturales es la disposición a mantener una actitud abierta. Al contemplar obras artísticas o tradiciones culturales diferentes, el alumnado necesita desarrollar la habilidad de escuchar, respetar y dialogar sin prejuicios. Dicha apertura permite integrar influencias variadas y reflexionar sobre la riqueza que supone la convivencia de múltiples lenguajes culturales.
Conclusión: potenciar la formación integral del alumnado
En definitiva, la competencia en conciencia y expresiones culturales (CCEC) se revela como un eje fundamental dentro de la educación integral del alumnado. Gracias a ella, los estudiantes adquieren no solo conocimientos específicos sobre el patrimonio cultural y artístico, sino también las destrezas prácticas y las actitudes que los convierten en sujetos activos de la cultura, capaces de transformarla y compartirla.
Mediante la aplicación de los Descriptores operativos de la CCEC y el fomento de Los 3 saberes de la competencia Conciencia y expresión culturales, el alumnado es capaz de entender mejor la sociedad en la que vive, desarrollar un mayor aprecio por la diversidad cultural y cultivar su creatividad y pensamiento crítico.
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